jueves, 3 de abril de 2014


Alimentación

Reproducción

Respiración



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Comunicación

Amistosos

Delfines De Agua Dulce







Los delfines recién nacidos se alimentan de la leche materna, como dato curioso suelen hacerlo debajo del agua. Después se alimentan de peces, calamares y de mariscos que sostienen con sus dientes agudos. Los delfines son animales sumamente voraces. Engulle toda clase de pequeños peces en grandes cantidades. Vive en los mares templados, sobre todo en el Mar Mediterráneo y el Mar Negro. El tipo de comida varía según la especie, desde diferentes tipos de peces hasta cefalópodos; pero la alimentación de Tursiopst. Se basa en caballas (Scomber japonicus), sardinas (Sardina pichaldrus) y chicharros (Tratuchurus ); rodean los cardúmenes más o menos grandes y con un esmerado trabajo en equipo, van rodeando y cazando los individuos que se van separando del grupo; esta labor puede durar horas. Se calcula que pueden comer alrededor de un 10 % de su peso en un ciclo diario y probablemente repartido en varias comidas









En cuanto a la reproducción, el delfín mular, que es la especie mejor estudiada, alcanza la madurez sexual entre los 5 y los 12 años en las hembras, y entre los 9 y los 13 años en los machos. Las cópulas ocurren en la primavera, y tras un período de gestación de 11 o 12 meses, la hembra pare una sola cría que es capaz de nadar y respirar pocos minutos después del nacimiento. Esta es amamantada durante 18 meses y puede seguir sin dificultad a la madre, nadando cerca de ella y aprovechando las ventajas hidrodinámicas que le brinda el cuerpo de su progenitora

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La gestación (embarazo) de una delfín dura 12 meses y una vez que haya nacido, el bebé delfín se queda con su madre de 3 a 6 años. Durante este periodo aprende técnicas de pescar y hábitos sociales. Los delfines conviven en grupos relativamente pequeños y de vez en cuando visitan otros grupos sin que esto suponga un problema.






Para respirar necesitan ascender a la superficie del mar, haciendo un acopio de aire que les permite permanecer sumergidos hasta 50 minutos y aún más. Durante su permanencia en el agua sus órganos respiratorios permanecen cerrados, de modo que aunque abran la boca y puedan ingerir alimentos el agua no penetra en sus bronquios






El delfín común

Habita en los mares cálidos y templados de todo el mundo, mide unos dos metros y medio de longitud y tiene el pico de unos quince centímetros. A veces nada cerca de la costa y también mar adentro, les gusta saltar fuera del agua y al sumergirse casi no levantan espuma.

Los de morro de botella

Que alcanza una longitud de más de tres metros y medio, nadan en bancos o grupos por el Atlántico y Pacífico.



Los de Ganges

Han perdido casi el uso de sus ojos, probablemente a causa de que los ríos en que viven, el Ganges y el Indo, llevan un agua tan turbia que la vista les presta poca utilidad. Estos delfines tantean el barro con sus largos hocicos para buscar crustáceos y peces. Lo mismo que los delfines del Amazonas, los de Ganges no abandonan jamás el agua dulce.





Los delfines de bandera blanca

Viven únicamente en el gran lago Tung-Tina 1,000 kilómetros río arriba del Yank-Tsé en China. Con casi dos metros y medio de largo y un peso de cerca de 120 kilogramos, estos delfines de color pálido se hallan muy lejos de su ambiente originario, el Océano. Casi ciegos, emplean sus largos y sensitivos picos para tentar el fondo del lago en busca de peces. Cuando se asoma fuera del agua su alta aleta dorsal sugiere la impresión de una bandera.


El delfín de Risso o Grampus

Mide hasta cuatro metros y medio. Es animal del Océano y uno de los más grandes. Tiene la cabeza redonda, chata y carece de pico.






El Sonar Vivo

Por cada invención humana, existe un sistema equivalente en la naturaleza que supera ampliamente al del hombre en eficacia y posibilidades. Uno de ellos es eL sonar animal o eco localización. En 1938 se descubrió que los murciélagos emitían unos sonidos inaudibles muy agudos, denominados ultrasonidos (entre 40.000 y 80.000 Hz), y recibían ecos que les daban abundante información con respecto al entorno. Unos diez años después, las observaciones de un científico americano, permitieron el descubrimiento del eco localización en los delfines. Al intentar capturar delfines para un acuario, el científico observó que se podía conducir a los delfines por un canal en dirección a una red. Sin embargo, a 30 metros de la red invisible, los delfines cambiaban súbitamente de dirección y se alejaban. Pero se los podía capturar si se empleaban redes con una malla más grande, o redes embebidas en agua, donde no quedara ninguna burbuja de aire que pudiera reflejar el sonido. Para obtener información sobre el ambiente, los delfines emiten sonidos cuya frecuencia oscila entre menos de 2.000 y más de 100.000 Hz. Podemos percibir los que son audibles para nosotros como una serie de golpecitos, que pueden darse como sonidos individuales o como una sucesión de sonidos unidos entre sí. El delfín, y otros miembros del suborden de los odontocetos, o cetáceos con dientes, pueden determinar no sólo la distancia y el rumbo, sino también el tamaño, la forma, la textura y la densidad de los objetos. Además, también pueden recibir más información que nosotros por el mero hecho de alterar el tono de uno de los golpecitos dentro de la sucesión y, como cada golpecito que rebota es diferente, puede hacerles llegar un mensaje diferente. De este modo, una sola sucesión de ecos produce una compleja imagen mental de un objeto.



Existen al menos cuatro tipos de información en el eco: la dirección de la cual procede, el cambio de frecuencia, la amplitud del sonido y el tiempo transcurrido entre la emisión y el retorno. Mientras el delfín explore, determina la dirección que siguen los ecos que regresan y, de este modo, la orientación del objeto que desea examinar. Los cambios de frecuencia hablan de su tamaño y su forma. La amplitud del sonido y el tiempo transcurrido dan indicios sobre la distancia. Sólo recientemente hemos comenzado a comprender de qué modo se producen y emiten estos golpecitos y la forma en que el delfín percibe el eco: las emisiones de los golpecitos nacen dentro de la cabeza del delfín. Los sonidos se producen incluso mientras el animal esta bajo el agua, sin perdida de aire, lo cual sugiere que se recicla dentro de su aparato respiratorio. Los costados de la cabeza del delfín y su mandíbula inferior, que contienen una grasa aceitosa, son las zonas que reciben el eco. La protuberancia que tiene en la frente es, probablemente, el lugar donde nacen los golpecitos para la eco localización. Cuando un delfín viaja, por lo general mueve la cabeza lentamente a un lado y al otro, hacia arriba y hacia abajo. Este movimiento es una especie de exploración global, que le permite al delfín ver un camino más ancho frente él. Pero si le interesa un objetivo pequeño, como por ejemplo un pez en medio del agua oscura, los movimientos exploratorios de la cabeza se vuelven rápidos y espasmódicos: Las frecuencias bajas tienen largo alcance pero no son direccionales, y los golpecitos de alta frecuencia sirven para investigaciones de corto alcance y alta definición. A diferencia del sonido de alta frecuencia, es probable que las vibraciones de baja frecuencia se reciban primero en el oído interno. Para poder recibir e interpretar todos estos ecos, el cerebro del delfín tiene un lóbulo auditivo mucho más grande que nuestro cerebro. Desde luego, no hay forma de saber que es lo que oye el delfín. No podemos imaginarnos cómo se oyen la forma y la distancia de los objetos. El sistema del delfín es de una precisión sorprendente y le proporciona al animal mucha más información que la que el sistema obtiene con el sonar. Por ejemplo, 'Dolly', un delfín entrenado por la marina de los Estados Unidos, es capaz de recoger tres monedas que se echan al mismo tiempo en tres direcciones distintas; recoge la primera cuando todavía se está hundiendo, y halla la segunda y la tercera entre los sedimentos, al cabo de escasos segundos, con muy poca visibilidad. El lenguaje es la comunicación de pensamientos y sentimientos. El hombre es el único ser del reino animal capaz de comunicarse por medio de patrones específicos orales bien definidos, así como a través de sus transcripciones escritas. La cuestión es: ¿existen otros animales, aparte del hombre, que tengan un lenguaje según lo que nosotros entendemos?






Los delfines parecen tener una extraña afinidad con los seres humanos. Es frecuente verlos acercarse a las embarcaciones realizando vistosas piruetas en la proa de las mismas. Muchas veces este acercamiento resulta muy costoso para estos amistosos cetáceos ya que suelen ser víctimas de las redes de los barcos pesqueros. Según los estudios realizados por la bióloga marina Karen Pryor de Hawai estos acercamientos han cambiado en los últimos años. En un principio parece ser que los delfines pueden distinguir entre los barcos de pesca y los de investigación científica incluso cuando estos últimos sean pesqueros reformados ante los que se comportan con total libertad. Pero tan pronto se acerca a la zona un buque de pesca toman todas las precauciones, es decir: evitan los saltos fuera del agua y el vapor de sus respiraciones sobresale menos sobre la superficie del agua. Esto no significa que no se acerquen a los barcos de pesca. Lo hacen pero siempre por la banda de estribor (derecha) y evitan como peste situarse a babor (izquierda). Parece ser que se dieron cuenta de que las redes son recogidas por las poleas que están a babor del buque, mientras que del otro lado no se exponen a ningún riesgo.


Por último, no menos sorprendente resulta el hecho de que los delfines del Pacífico al quedar encerrados en una red mientras se intenta capturar atunes, permanecen nadando tranquilamente en la superficie y en el centro de la red en espera del momento en que el barco da marcha atrás para iniciar la recogida de la red. En esos momentos el borde superior de la red, en las proximidades de la borda del barco, se hunde durante unos pocos segundos, tiempo que los delfines aprovechan para nadar en fila india saliendo de la mortal trampa por ese hueco. El problema insalvable lo encuentran en la pesca nocturna donde los delfines no pueden encontrar el hueco y quedan atrapados




El delfín rosado, también conocido como Delfín del Amazonas o "boto" es una de las cinco especies de delfines de agua dulce. Con tres metros de largo y 125 kg. De peso permanece activo las veinticuatro horas del día descansando por cortos períodos, como una particularidad esta especie tiene una mayor movilidad de cabeza que los otros delfines lo que le proporciona la flexibilidad necesaria para maniobrar entre los numerosos obstáculos de la selva inundada. El color rosado de su piel aparece sólo en los individuos adultos mientras que los jóvenes poseen el dorso gris negruzco y el vientre un poco más claro. Una leyenda local dice que a veces se convierte en hombre y sale del agua en busca de doncellas que desposar. La realidad es un tanto más cruda, en la actualidad está amenazado por la pesca excesiva de su alimento (peces de hasta 30 cm. y algunos camarones y cangrejos) la contaminación de los ríos y el intenso tráfico fluvial en las aguas donde habita. Pero afortunadamente ésta situación se está revirtiendo gracias a la activa intervención de las sociedades ecologistas dedicadas a su protección. Hoy miles de personas en todo el mundo están interesadas en la protección de esta rara especie así como de la cuenca del Amazonas.


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